¡ EL MIEDO COMO CAUSA DE INFELICIDAD !

El miedo es una causa de infelicidad porque nos impide realizar acciones que conlleven algún tipo de riesgo y nos impide tomar iniciativas; nos inmoviliza y termina por frustarnos.
Puede ser vencido por el " valor " que nos impulsa a acometer resueltamente grandes empresas enfrentando los peligros.

Hoy celebramos a San Juan Pablo II quien en uno de sus inolvidables mensajes nos dijo :

 ¡ NO TENGAIS MIEDO, MIRAD AL SEÑOR ¡

En el evangelio de San Juan 16,33 se lee : " Les he dicho esto para que gracias a mí tengan paz. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor; yo he vencido al mundo "

Nos queda claro queridos hermanos cuál es el camino para vencer el miedo y transitar por el sendero de la felicidad al que todos estamos llamados.

UN DÍA MÁS

A finales del año 2018 me encontraba muy mal de salud, con un corazón enfermo y con pocas esperanzas de recuperación; en Navidad tomé la decisión de dejarme caer en las manos del Señor y para disfrutar del cumpleaños de mi amada esposa dejé de tomar los medicamentos que me mantenían en una triste nebulosa y que no me mejoraban en absoluto.
Había pedido la intercesión de San Arnulfo Romero y tenía Fé de que había escuchado y respondería; lo que sucedió después solo puede ser explicado como un "milagro de sanación".

Disfruté de la celebración del cumpleaños y se llegó el fín de año; en Enero hicimos un viaje al mar, me sentía mejor y tuve fuerzas para bañarme en la playa de las Peñitas en Poneloya que tantos recuer dos nos traían.

En Abril hice un viaje a El Salvador para agradecer la intercesión de San Arnulfo Romero.

Llegamos a Octubre y me estoy preparando para Adviento; he recuperado mi salud física y mental y cada día que amanezco lo hago agradeciendo a Dios y pidiéndole que me permita vivir un día más según su voluntad y por las noches le agradezco las bendiciones recibidas.

Los que me conocen y me siguen en mis escritos saben que lo que digo es cierto; he alcanzado lo que tanto anhelaba : "ser felíz" y también saben que eso no sería posible sin la presencia del Señor Jesús y de nuestra Santa Madre la Vírgen María. Para ellos el Honor y la Gloria.