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De pequeño aprendí a comer por instinto y a mostrar malestar con mi llanto.
Luego por imitación caminé, empecé a hablar y a comportarme como los mas cercanos.
En la primaria me enseñaron mis maestros, mis libros y mis amigos más experimentados.
Ya en la secundaria comencé a soñar y a vivir según lo que había aprendido....
Y pasaron los años y siempre aprendiendo; por las buenas o por las malas .
Sin darme cuenta perdía mis años pues la vida comienza y desde ese momento la cuenta regresiva empieza.
hoy estoy aprendiendo a morir tratando de vivir plenamente el tiempo que me queda, no tengo idea de cuánto será pero trato de no pensar en el desperdicio de mi vida sino en lo grandioso que me espera.
Voy despojándome poco a poco de las cosas del mundo y llenando mi vida de Esperanza con la certeza de lo prometido y siempre agradecido por el tiempo concedido.
Nunca es tarde para empezar
